Anoche, para desquitarnos de la mala experiencia del Jeudi Soir Au Ryad, nos fuimos a tomar un postre líquido en el bar La Pesca Salada. Me ha encantado. Antiguamente, fue una bacaladería, y eso se nota en su decoración. Todo marineramente customizado a mano. Y los cocteles no estaban mal. Incluso se puede picar algo allí. Lo malo es que es un sitio pequeñito y es un problema cuando vas en grupo. Aún así, conseguimos un huequecito y pudimos rajar agusto al camarero que nos malsirvió en el restaurante. Es por este tipo de sitios que el Raval nos encanta.
domingo, 19 de abril de 2009
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